lunes, 31 de agosto de 2015

Europa alcanza un acuerdo para un tercer rescate a Grecia

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha anunciado que los líderes de la eurozona han alcanzado "un acuerdo unánime" para iniciar las negociaciones para el tercer rescate en favor de Grecia.
El berenjenal de angustias, la montaña rusa de vanidades en la que se ha convertido la saga griega, toca a su fin: la banca helena está a un paso del colapso y eso hacía imprescindibles medidas de urgencia.
Los ministros de Finanzas y Economía de la zona euro, el Eurogrupo, han pasado el testigo a los parlamentos nacionales para que den la luz verde definitiva al acuerdo sobre el tercer rescate de Grecia que aprobaron de hasta 86.000 millones de euros para sanear la economía helena.
Tras seis horas de negociaciones, los 19 ministros de los países del euro dieron su respaldo al acuerdo logrado previamente a nivel técnico entre Atenas y sus acreedores internacionales.
Ahora será el turno de los parlamentos de Alemania, Finlandia, Austria, Holanda, Estonia y Eslovaquia, países cuyas leyes nacionales les obligan a pasar ese trámite para que el rescate tenga validez.
El Congreso español también debatirá el acuerdo alcanzado, sobre el tercer rescate a Grecia pese a que no está obligado a ello.
Una vez cumplidos los procedimientos en los parlamentos nacionales, el consejo de gobernadores del MEDE se reunirá el miércoles por la tarde para aprobar el acuerdo de financiación del programa, de manera que se desbloquee un primer tramo de 26.000 millones de euros.
Grecia podría recibir el primer tramo este juevesTodo ello de cara a que el jueves día 20, cuando Grecia debe hacer frente al pago de 3.400 millones de euros al BCE, Atenas cuente con una primera inyección de 13.000 millones de euros.
A continuación, recibirá otros 3.000 millones de euros en uno o dos tramos en septiembre u octubre -si cumple medidas específicas-, lo que supone en total 16.000 millones.
Así, Grecia podrá devolver los 7.160 millones de euros que ha recibido en un crédito puente de la UE y hacer frente a los pagos al BCE y el FMI y saldar facturas "domésticas".
Por lo que respecta a la recapitalización de la banca, se trasladarán inmediatamente 10.000 millones de euros a una cuenta especial del MEDE y otros 15.000 millones se desembolsarán tras una primera revisión del rescate antes del 15 de noviembre, teniendo en cuenta exigencias como el análisis de la calidad de los activos y las pruebas de resistencia.
La participación del FMI, aún en el aireTambién se acelerará para antes de finales de año la creación de un fondo de privatizaciones al que se transferirán activos públicos por valor de 50.000 millones de euros, incluidas las acciones en bancos griegos después de su recapitalización.
A pesar de la concreción de estos detalles en el acuerdo, el Eurogrupo no ha conseguido aún del FMI un compromiso vinculante de su participación en el tercer rescate, como había solicitado explícitamente Alemania.
El Fondo ha aplazado su decisión a otoño, cuando espera conocer plenamente las reformas fiscales, estructurales y del sector financiero griego, y "se haya evaluado la necesidad de medidas adicionales y acordado un posible alivio de la deuda", según explicó al término de la reunión el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
La directora gerente de esa institución, Christine Lagarde, celebró el acuerdo pero hizo hincapié en que la deuda helena es "insostenible" y deberá considerarse "un alivio significativo" si se quiere tener éxito.
Los deberes que la UE pone a Tsipras
Fondo de privatizaciones. Es la principal novedad de las medidas discutidas. Europa propone crear un fondo por valor de 50.000 millones de euros al que Grecia transfiera sus activos privatizables y cuyos beneficios sirvan para reducir la deuda. Aunque ese instrumento quedará en manos de las autoridades griegas, contará “con la supervisión de las instituciones europeas relevantes”, algo que puede resultar difícil de asumir para Atenas.
Cambios en las pensiones. La UE pide “reformas de pensiones ambiciosas” y medidas para lograr déficit cero en las cuentas públicas.
Mercado laboral. Las demandas europeas incluyen un endurecimiento adicional en las leyes laborales. Los socios abogan por “revisiones rigurosas” de la negociación colectiva, la política industrial y los despidos colectivos. Y sugieren “no volver a políticas del pasado”.
Sector financiero. Es el talón de Aquiles griego. Europa pide “medidas decisivas” en los créditos con riesgo de impago.
Privatizaciones. Los socios quieren más privatizaciones, incluida la red eléctrica, que Atenas pretende mantener en poder del Estado.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Grecia Enfrenta Dos Crisis De Dimensiones Inimaginables


Grecia enfrenta  dos crisis de dimensiones inimaginables: por un lado, un incumplimiento de sus pagos de deuda lo llevaría a la insolvencia; por otro, la posibilidad de una nueva recesión, con mayor desempleo y pobreza, lo tiene al borde de una crisis social.  ¿Hay futuro para Grecia?
 El aplazamiento de los pagos de Grecia a la Troika europea en los últimos meses ha generado incertidumbre a nivel global. El gobierno de Alexis Tsipras, primer ministro heleno, debe hacer frente a dos tormentas: pagar a sus acreedores para desbloquear la ayuda financiera que requiere con urgencia para no caer en default y llegar a un acuerdo sin generar una crisis social al interior del país.
“Un pago parcial beneficiaría a Grecia, pues podría destinar el resto del dinero a su desarrollo económico, pero es complicado porque sus acreedores no quieren perder dinero, y al hacerlo estarían enviando un mensaje a otros países con problemas de liquidez”, comenta Adolfo Laborde, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Santa Fe.
La base de la crisis griega es una deuda de aproximadamente 320.000 millones de euros (unos US$358.000 millones), que el país simplemente no está en condiciones de pagar.
La explicación más simple para la misma es que durante muchos años el país estuvo gastando más dinero del que producía y financiando ese gasto a través de préstamos.
Grecia ya hacía eso antes de adoptar el euro. Y la llegada de la moneda común en 2001 no cambió las cosas, como en teoría debía suceder.
El gasto público, por ejemplo, aumentó un 50% entre 1999 y 2007, mucho más que en otros países de la eurozona.
Y sumado a problemas de corrupción y evasión fiscal, reconocidos por la propia Grecia, esto terminó provocando un déficit muy superior al 3% del PIB contemplado en las reglas de moneda común.
Préstamos no declarados a la eurozona, por su parte, también llevaron a que la deuda excediera significativamente el 60% acordado como límite por los países de la eurozona: actualmente se estima en 177% del PIB.
El problema, sin embargo, solo se volvió urgente cuando la crisis financiera global limitó el acceso griego al crédito, lo que motivó la intervención de los otros países de la eurozona temerosos del impacto de una cesación de pagos o default.
Aunque, para muchos economistas, las medidas de austeridad impuestas como condición para financiar un rescate financiero terminaron agravando la situación
El primer paquete de ayuda financiera a Grecia fue aprobado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo de 2010.
En ese momento se pusieron a disposición del gobierno griego 110.000 millones de euros (unos US$120.000 millones) para que honrara sus compromisos con sus acreedores, en ese momento en su mayoría bancos privados de la región.
Los préstamos ofrecidos a Grecia están vinculados a medidas de austeridad bastante impopulares entre los helenos.
Pronto, sin embargo, se hizo evidente que ese monto no sería suficiente, por lo que un segundo rescate elevó la cifra total a 240.000 millones de euros.
Y, en ambos casos, como condición para facilitar el dinero se identificaron una serie de medidas de austeridad.
Estas han incluido drásticos recortes del gasto público, mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral.
Pero el actual gobierno griego, que llegó al poder a inicios de año con una plataforma anti-austeridad, estuvo intentadorenegociar algunas de esas condiciones de cara a un nuevo paquete de rescate financiero.
En su momento esto puso en crisis las negociaciones, las que llegaron a interrumpirse momentáneamente.
Pero en este momento Grecia parece dispuesta a aceptar la mayor parte de las condiciones de sus acreedores a cambio de unos 53.500 millones de euros adicionales y una reestructuración de su deuda original.
La UE ha estado trabajando duro para intentar aislar al euro y la eurozona de los problemas de Grecia y de una eventual salida de la moneda común.
En el fondo, casi todo depende de la voluntad política de los líderes europeos.
Pero el mismo FMI advirtió que "los riesgos y vulnerabilidades aún no han desaparecido" y es difícil predecir el comportamiento de los mercados si el escenario más temido por todos se hace realidad.
Una posibilidad es que los compradores de bonos de las naciones de la eurozona con más problemas empiecen a exigir pagos más altos para compensar los riesgos de su inversión.
Eso afectaría negativamente a la moneda europea y aumentaría la inestabilidad en países con un peso mayor en la economía global.
Y una Grecia insolvente implicaría importantes pérdidas de dinero para varios países europeos.